Tu cuerpo recuerda y habla


Cada vivencia y experiencia profesional que atravesamos en nuestra carrera, deja una marca indeleble en nuestra vida.

 

Algunas de estas experiencias son como tesoros que disfrutamos recordar; las traemos a la memoria, las compartimos y enriquecemos con nuestro lenguaje al relatarlas.

 

Otras, sin embargo, las ocultamos en un cajón, pretendiendo olvidarlas, como si no hubieran ocurrido. Puede parecer que las enterramos por un tiempo, hasta que un día, de repente, saltan de nuevo a nuestra realidad, trayendo consigo dolor.

 

A menudo, insistimos en categorizar las experiencias como buenas o malas. Escondemos aquellas que consideramos malas, negándoles un lugar, y de esa manera dejamos de aprender de lo sucedido y de cómo nos relacionamos con ello.

 

Huimos de lo que etiquetamos como fracaso, sin comprender que en ese fracaso yace el mayor aprendizaje.

 

Hace poco escuché una frase que decía algo así: "El fracaso es un cadáver, no lo entierres, hazle una autopsia."

 

Agregaría que después de la autopsia, lo entierres en un lugar, agradezcas por lo que aprendiste y sigas adelante en tu camino. Te aseguro que cuando vuelva a aparecer, lo hará sin provocarte ningún tipo de desasosiego.

 

Identidad Profesional by Cristina Recuero

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