En nuestra trayectoria y vida profesional existen momentos de incertidumbre que pueden aparecer para quedarse, más o menos tiempo, y a los que yo llamo “Efecto Rotonda”.
Esos momentos en los que te quedas girando en una rotonda imaginaria que has construido en tu cabeza y que a medida que aumentan las vueltas que das a esa rotonda, aumentan las dudas sobre tus alternativas, tus opciones y salidas. La incertidumbre de a dónde te llevará cada una de ellas crece, y puede que el miedo a equivocarte se haga tan grande que llegue a paralizarte o te quedes girando en bucle.
Este mismo efecto es común en muchos procesos de creación de nuevos proyectos y emprendimiento, y puede ser habitual para aquellos de vosotros que necesitéis tener mucha información antes de tomar una decisión.
El caso es que giras y giras y giras hasta poco a poco ir perdiendo la energía, la motivación, y lo más importante, la confianza en ti y en tu objetivo.
¿Os es familiar esta sensación? ¿La habéis sentido alguna vez?
La página web del RACE (Real Automóvil Club de España) nos dice que uno de los puntos más conflictivos dentro de las vías de circulación son las rotondas. Lo que el RACE no menciona es qué hacer cuando no tienes la certeza de qué camino tomar para llegar a dónde quieres llegar. Qué hacer cuando te ves inmerso en una montaña rusa de emociones y miedo a equivocarte. Miedo a fallar. Miedo a no elegir la salida correcta, cuando la confianza mengua a medida que tú sigues girando en esa rotonda imaginaria e infinita.
¿La solución?
No la busques fuera. Solo es tuya. Tuya y de nadie más.
Pero tengo una buena noticia para ti. Si. Una buenísima noticia.
La Rotondas no sólo pueden suponer un punto conflictivo en tu trayectoria, también son una posibilidad infinita de movimiento, de regreso al punto de partida, de vuelta a comenzar. Te muestran que las decisiones no son definitivas.
Si levantas la cabeza, si miras desde fuera podrás comprobar que la vida está llena de rotondas, que la vida está llena de oportunidades para volver a la rotonda inicial si así lo deseas y que ninguna salida es definitiva, que nada es definitivo y con cada paso construyes tu camino.
Así que sal, sal ya de esa rotonda que te has creado en tu cabeza.
Da el paso.
Prueba una salida cualquiera, porque si por cualquier razón quieres volver, el camino que has recorrido te servirá de aprendizaje y nunca será un paso fallido.
Me viene a la cabeza Thomas Alva Edison, científico norteamericano que patentó y comercializó la primera bombilla eléctrica. Alva Edison contó que tuvo nada mas y nada menos que mil intentos, antes de tener éxito. ¿Os imagináis a Edison girando en su rotonda sin elegir una salida?. No, eligió hasta mil salidas que aparentemente no le llevaban al lugar elegido por él. O eso pensaríamos muchos de nosotros, porque lo cierto es que cada uno de esos intentos lo acercaban más y más a su objetivo.
El propio Edison dijo: “No se trató de un invento con mil pasos fallidos, sino que fue un invento de mil pasos hasta llegar al objetivo deseado”.
¿Cuántas veces lo has intentado tú? ¿Cuántas veces has creído fallar tú?
Para crear, para cambiar, para inventar, para mejorar es necesaria LA ACCIÓN.
Y tan necesaria como la acción, es asumir que somos responsables, que correremos riesgos y que en muchas ocasiones no tendremos toda la información que necesitamos para tomar decisiones certeras.
En ese camino habrá intentos que a priori verás como fallidos pero que no son más que los pasos necesarios para alcanzar tu objetivo. Sin ellos, no hay objetivo. Sin ellos no encontraremos el éxito que buscamos.
#IdentidadProfesional by Cristina Recuero
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