Tenemos identificado el duelo como el proceso que sucede en cada uno de nosotros tras la pérdida de un ser querido.
Las pérdidas de seres queridos pueden ser definitivas y también pueden ser transitorias, la persona no fallece, pero si termina la relación que mantenías con ella. Puede ser una ruptura de pareja o la separación de un amigo, amiga o familiar.
En nuestro entorno profesional, nos han inculcado a no mostrar emociones, a no mostrar debilidades, a no mostrarnos vulnerables ni mostrar desconfianza o duda en nosotros criterio. Es algo así como pedirnos que cuando estamos en horario laboral nos convirtamos en máquinas frías y ejecutoras. Nada más lejos de la realidad. Somo seres emocionales en todos nuestros sistemas, sin excepción.
Un despido, una dimisión, el cierre de una empresa o proyecto en los que has invertido tiempo, ilusión y dinero, una degradación de categoría y otras muchas circunstancias y eventos profesionales, pueden provocarnos en mayor o menor medida, un sentimiento de pérdida y una necesidad de transitar por una serie de fases muy comunes a la pérdida de un ser querido.
1. Negación: Estado de shock, no entendemos el por qué y no podemos asimilar lo que está ocurriendo.
2. Enfado: Ante lo que vemos y creemos injusto, reaccionamos con ira y enfado. Buscamos culpables e incluso podemos entrar en una dinámica de auto inculpación por lo sucedido.
3. Depresión: Tras el enfado viene un periodo de tristeza por ese proyecto que ya no está, que hemos tenido que cerrar, donde ya no vamos a poner más energía ni ilusión. La pérdida y el vacío impide que volvamos a ilusionarnos por un nuevo proyecto. Incluso llegar a tener la idea y sensación de que ya no valemos.
4. Aceptación: En esta fase comenzamos a aceptar lo ocurrido, aceptar lo que fue y lo que no ha llegado a ser. Aceptar nuestra responsabilidad y también que no podemos controlarlo todo y no podemos hacernos responsables de todo.
5. Aprendizaje: Por último y tras la aceptación, conseguimos obtener aprendizajes y podremos ver nuevos modos de hacer las cosas, incluso, descubrir herramientas que antes no sabíamos que teníamos.
Estas son las fases o al menos, las más comunes. Pero ojalá todo fuese tan sencillo como transitar por estas fases y fin del duelo, Voilà
Una de los muchos aprendizajes que obtuve en mi formación en coaching y otras que hice a posteriori, fue precisamente lo que hoy me ha llevado a escribir este post/reflexión y es que tenía duelos sin resolver porque ni tan siquiera los tenía identificados. Ni tan siquiera me reconocía, que aquello me seguía doliendo e impidiendo trascender a nuevas fases de mi vida profesional.
Ya conocéis eso de: Lo que resistes, persiste.
No sabía que también un despido puede llevar a entrar en un proceso de duelo que, si no identificas, nunca termina por acabar. Que el cierre de una empresa, también es una gran pérdida de la que tenemos que reconstruirnos. Que te puedes quedar enganchada en la tristeza, en la rabia, incluso en la depresión y que esto te puede costar meses e incluso años de tu vida.
El evento, puede que con el paso de los años se viva con menor intensidad, pero sigue estando ahí si no entramos a ver y ordenar. Y lo curioso es que aparece una y otra vez cuando queremos emprender algo nuevo, cuando aparece una situación o evento similar o que nos recuerde a ello.
¿Cómo vamos a solucionar algo que no nos han enseñado a identificar?
¿Cómo vamos a abrirnos y compartir si nos capamos mostrar nuestras emociones en nuestro ámbito profesional?
En mi trayectoria como coach individual y en grupo trabajando la identidad profesional, me encuentro con profesionales en momentos de baja autoestima prolongada en el tiempo y que cuando rascan un poco, se encuentran con duelos no identificados o simplemente enganchados por años en la tristeza.
Lo primero, siempre, es identificar. Y no lo hacemos, a veces porque ni tan siquiera sabemos que está. Otras porque no queremos entrar en un terreno que a veces puede doler.
Mi reflexión es:
NORMALICEMOS estos tránsitos en el ámbito profesional y hablemos abiertamente sobre ello.
ACOMPAÑEMOS a nuestros compañeros y colegas que pasan por este momento con silencio, escucha y empatía, no con empujones, porque cada uno tiene sus tiempos y su proceso. Es su duelo.
ATRÉVETE a identificar qué te está impidiendo avanzar y estar en el lugar que quieres.
Tienes muchas herramientas para llegar al aprendizaje de la última fase. Y si crees que necesitas ayuda, búscala, hay buenos profesionales que pueden ayudarte. No te conformes con el lugar que hoy tienes si no estás cómodo y crees que puedes estar en uno mejor.
Cristina Recuero
Identidad Profesional
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