El líder malabarista


Tenemos identificado, erróneamente, el liderazgo en una sola dirección “hacia abajo”.

 

Leo constantemente artículos, frases motivadoras, formativas e informativas sobre un solo tipo de liderazgo, dejando a un lado el liderazgo en todas sus dimensiones, en todas sus direcciones y áreas de influencia.

 

Creo sin embargo que el liderazgo es una aptitud y actitud, que entrenamos a lo largo de nuestra vida profesional y que debería abarcar todas las direcciones del propio sistema: hacia abajo, transversal y hacia arriba.

 

(Dejo fuera de esta reflexión el liderazgo con clientes, proveedores y colaboradores que sin duda, influyen sobremanera en los sistemas organizacionales y para el que destinaré una reflexión aparte).

 

Y es que el liderazgo implica influir, inspirar y guiar a personas en diversas direcciones y cada una tiene sus particularidades y desafíos únicos.

 

Un liderazgo sistémico para mi representa el malabarista que veis en la foto. Es posible que seas todo un maestro del liderazgo en una dirección, hoy y con esta reflexión te invito a que evalúes tu liderazgo en otras direcciones.

 

Liderazgo hacia abajo

 

Y el que seguro todos tenemos en mente cuando escuchamos o leemos la palabra líder o liderazgo. Es el tipo de liderazgo más tradicional y reconocido. Consiste en la dirección y gestión de subordinados. Aquí, el líder se sitúa en una posición de autoridad formal y su responsabilidad es guiar, motivar y supervisar el trabajo de sus equipos.

 

Algunas simples y sencillas características:

  • Autoridad formal: El líder tiene una posición reconocida y es responsable de las decisiones finales.
  • Motivación y desarrollo: Es crucial que el líder se enfoque en motivar a su equipo y fomentar su desarrollo profesional y personal.
  • Comunicación clara: Establece expectativas claras y proporciona feedback constante.
  • Resolución de conflictos: Gestionar y resuelve conflictos internos de manera efectiva.

 

Algunos de sus desafíos:

 

Evitar el microgestionamiento, mantener el equilibrio entre autoridad y accesibilidad, fomentar un ambiente de confianza y autonomía, una comunicación abierta, un feedback constante y apoyo para el crecimiento de los miembros del equipo y del equipo en su conjunto.

 

Hacer todo lo posible, en resumen, para que los principios de pertenencia, orden y equilibrio se vivan en el sistema del cual es el líder.

 

Liderazgo transversal:

 

Este tipo de liderazgo ocurre entre colegas y pares, donde no existe una jerarquía formal. Se basa en la colaboración y el trabajo en equipo, fundamental en los entornos de trabajo actuales y proyectos interdepartamentales.

 

Características y particularidades:

  • Colaboración y cooperación: La influencia se gana a través de la competencia, la credibilidad y las habilidades interpersonales para colaborar y cooperar en pro de un bien común y un sistema mayor al que pertenecemos.
  • Comunicación efectiva: Esta es crucial, como lo es mantener líneas de comunicación abiertas y honestas en las que se da y recibe un feedback entre colegas y compañeros.
  • Empatía y comprensión: Comprender y respetar las perspectivas y habilidades de los demás. Las perspectivas y necesidades de todos.
  • Gestión de proyectos: Coordinar esfuerzos y recursos sin una estructura jerárquica clara por y para el crecimiento del sistema en su totalidad.

Desafíos:

 

Lograr consenso entre pares y gestionar conflictos sin una autoridad clara. Mantener la motivación y la cohesión del equipo.

 

Liderazgo hacia arriba

 

Este liderazgo, implica influir y guiar a superiores y a la alta dirección. Aunque parezca una contradicción, es una habilidad esencial para los líderes que buscan impulsar cambios y proponer nuevas ideas.

 

Algunas características:

  • Influencia y persuasión: que ayuda a potenciar la capacidad para presentar ideas de manera convincente a los superiores.
  • Proactividad: Anticipar problemas y oportunidades y proponer soluciones.
  • Comunicación estratégica: o lo que es lo mismo, saber cuándo y cómo presentar ideas e información para obtener el apoyo de la dirección.
  • Comprensión del negocio: Tener un conocimiento profundo de la organización y sus objetivos estratégicos.

Desafíos:

 

Navegar la política organizacional, ganar y mantener la confianza de los superiores y presentar críticas constructivas sin parecer confrontativo.

 

En conclusión:

 

El liderazgo sistémico requiere una mezcla de habilidades y adaptabilidad. Ser un líder efectivo implica reconocer cuándo y cómo ejercer influencia en diferentes direcciones. Ya sea motivando a un equipo, colaborando con pares o guiando a superiores, el liderazgo es un arte que combina comunicación, empatía y estrategia.

 

Así que, tanto si estás liderando a tu equipo en una dirección clara, colaborando con tus colegas en un proyecto transversal y/o convenciendo a tus jefes de una nueva iniciativa, recuerda que el liderazgo es una danza dinámica y continua. Nunca tires la toalla, explora perspectivas desconocidas y entrena nuevas habilidades.

 

El liderazgo comienza por un extraordinario autoliderazgo. Para, reflexiona, ordena y experimenta.

 

 

 

Identidad Profesional by Cristina Recuero

 

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