¡Medio siglo!


¡Septiembre ha llegado, y con él, mi particular inicio de año! Este 1 de septiembre es especialmente significativo porque cumplo 50 años.

 

Sí, medio siglo de vida, lo que significa que oficialmente, como hace unos días me recordó un buen colega, he llegado al quinto piso.

 

Y este hito vital me invita más que nunca a detenerme, reflexionar e innovar, tanto en lo que hago como en quién soy. Porque no nos equivoquemos, el trabajo sobe la Identidad Profesional no es un trabajo de búsqueda de uno mismo y si de innovación y creación constante del propio ser.

 

Muchas veces escuché que cumplir 50 años es un momento de inflexión en la vida, podemos decir que es una oportunidad única para evaluar lo que hemos recorrido y, más importante aún, visionar lo que está por venir.

 

Con los años, uno tiene una claridad que solo se obtiene con el tiempo. Se han acumulado experiencias, aprendizajes y también ciertos logros, pero también es un momento en el que los cambios se hacen más presentes y relevantes. Miramos atrás y vemos esas batallas en las que ya nunca volverías a entrar y esas otras en las que te seguirías dejando la piel.

 

Los años traen consigo una nueva perspectiva, una que valora la calidad por encima de la cantidad, la profundidad por encima de la superficie, y la autenticidad por encima de las apariencias. Ojo, que esto puede llegar antes de los 50 o no llegar jamás, es solo mi perspectiva y valoración.

 

La innovación personal, ahora más que nunca, se vuelve esencial. No se trata solo de adaptarse a los cambios que trae la vida, sino de ser proactivo en la creación de nuevos caminos. Innovar es un proceso que comienza con detenerse. Y en un mundo que parece acelerarse sin descanso, parar no es fácil, pero es crucial. Parar para mirar hacia atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza. 

 

El siguiente paso es reflexionar. A los 50, la reflexión se enriquece con la sabiduría adquirida. ¿Qué ha funcionado bien hasta ahora? ¿Qué podría mejorar? Reflexionar en esta etapa de la vida implica un balance profundo entre lo que se ha logrado y lo que aún se desea. Es un momento de sinceridad con uno mismo, de evaluar las decisiones pasadas y cómo nos han llevado al lugar en el que estamos hoy. Pero, sobre todo, es un momento de imaginar lo que todavía es posible.

 

Con esa visión clara en mente, llega el momento de planificar la estrategia. Innovar en uno mismo a los 50 significa aprovechar la experiencia acumulada, pero también estar abiertos a nuevos aprendizajes. Aquí es donde las tácticas cobran vida. ¿Qué nuevas habilidades quiero desarrollar en esta etapa? ¿Qué hábitos ya no me sirven y es hora de dejar atrás? Innovar es aceptar que el cambio es una constante, pero que ahora podemos gestionarlo con una perspectiva más madura y reflexiva.

 

Finalmente, ejecutar la innovación es el desafío. A esta edad, la ejecución viene con un enfoque renovado en lo que realmente importa. Es el momento de hacer que esas ideas y estrategias cobren vida en nuestra rutina diaria. Y aunque la disciplina es clave, a los 50 también entendemos la importancia de la flexibilidad, de saber cuándo adaptarse y cuándo persistir.

 

Innovar en uno mismo es como un renacimiento personal. Nos permite seguir creciendo, evolucionando y, lo más importante, disfrutando del viaje.

 

Nos volvemos más sabios, más ágiles y más capaces de encontrar satisfacción en las cosas que realmente importan. Este proceso de innovación nos prepara para enfrentar los próximos desafíos con confianza y una sensación renovada de propósito.

 

Así que, en este septiembre tan especial, te invito a unirte a mí en este viaje de innovación personal. Celebremos el quinto piso como una oportunidad para detenernos, reflexionar, planificar y ejecutar con intención. La vida no se detiene, y nosotros tampoco deberíamos. ¡Vamos a empezar este nuevo ciclo con una visión clara, un corazón agradecido y una mente abierta a las infinitas posibilidades que aún están por descubrir! 🚀

 

Identidad Profesional by Cristina Recuero

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Verónica (sábado, 12 octubre 2024 21:18)

    Muchas felicidades Cristina y una reflexión propia de la madurez y de la reflexión que da mirar hacia atrás.