Los clientes del líder, mucho más que su equipo.


¿Te has preguntado alguna vez quienes son los clientes del Líder?

 

Cuando pensamos en liderazgo, lo primero que nos viene a la mente es el líder de un equipo. Es natural.

Un líder suele tener a su cargo un grupo de personas a quienes guía hacia un objetivo común. En este contexto, el líder trabaja una serie de competencias específicas que le permiten posicionarse como un buen líder, respondiendo a las necesidades particulares de su equipo. Pero si profundizamos un poco más, nos damos cuenta de que los equipos no son los únicos “clientes” del líder.

 

Hay otros actores involucrados, cada uno con sus propias expectativas y necesidades. Vamos a descubrir quiénes son y qué competencias necesita desarrollar un líder para atenderlos de manera efectiva.

 

1. El Equipo: El Cliente Directo del Líder

 

El primer cliente es evidente: su equipo. Estos son los colaboradores directos que dependen del líder para recibir dirección, apoyo y desarrollo profesional. Las competencias esenciales para liderar un equipo incluyen:

 

            •          Comunicación clara y efectiva: El líder debe asegurarse de que cada miembro del equipo entienda sus responsabilidades y objetivos.

            •          Gestión emocional: Un líder competente gestiona no solo sus propias emociones, sino también las dinámicas emocionales del equipo.

            •          Desarrollo de talento: Debe estar comprometido en potenciar las habilidades y competencias de cada miembro, apoyando su crecimiento personal y profesional.

 

2. Los compañeros, proveedores y otro líderes en la organización: Clientes Transversales

 

Un líder no trabaja solo. Colaborar con otros departamentos y colegas es una parte fundamental de su rol. Aquí entra en juego el liderazgo colaborativo. Las competencias que debe desarrollar para gestionar estas relaciones incluyen:

 

            •          Trabajo en equipo: Es vital que el líder sepa cómo interactuar con sus iguales y colaborar en proyectos interdepartamentales.

            •          Flexibilidad y adaptabilidad: En un entorno colaborativo, debe ser capaz de adaptarse a las diferentes formas de trabajo y prioridades de otros departamentos.

            •          Resolución de conflictos: Cuando surgen discrepancias entre equipos, el líder debe ser capaz de mediar y encontrar soluciones que beneficien a todos.

 

3. Los superiores: Clientes a los que Influir

 

El liderazgo hacia arriba es otro aspecto crucial que a menudo se subestima. Un buen líder no solo dirige a su equipo, sino que también gestiona hacia arriba, influyendo en sus superiores.

Aquí entran en juego las competencias de comunicación de influencia:

 

            •          Storytelling: Saber cómo presentar ideas y propuestas de manera persuasiva es esencial para que sus superiores apoyen sus iniciativas.

            •          Identificación de perfiles conductuales: Un buen líder sabe adaptar su mensaje según las personalidades y estilos de sus superiores para maximizar su impacto.

            •          Técnicas de negociación: Además de comunicar, el líder debe ser capaz de negociar recursos, tiempos o cambios estratégicos en favor de su equipo.

 

 

 

Pero, de entre todos hay un cliente, el PRINCIPAL y al que debe atender en primer lugar para poder desarrollar un estilo de liderazgo auténtico y genuino. Ese cliente eres TÚ MISMO.

 

4. Tú Mismo: El Cliente Principal del Liderazgo

 

Antes de poder liderar a otros, un líder necesita desarrollar su autoliderazgo. Conocerse a sí mismo es clave para ser efectivo en todas las otras áreas. Las competencias esenciales para liderarse a uno mismo incluyen:

 

            •          Autoconocimiento profundo: Saber cuáles son tus fortalezas, debilidades, creencias y valores te permite alinearte con tu propósito.


            •          Gestión emocional personal: El líder debe ser capaz de manejar sus propias emociones y mantener la calma en situaciones de estrés.


            •          Coherencia entre lo que piensas, dices y haces: Ser un ejemplo de coherencia interna es fundamental para ganar la confianza y respeto de los demás.


            •          Diálogo interno constructivo: Saber cómo hablarte a ti mismo y mantener una mentalidad de crecimiento es esencial para superar desafíos.

 

 

El liderazgo, por tanto, es mucho más que guiar a un equipo hacia un objetivo. Un buen líder debe estar consciente de que tiene múltiples “clientes”: su equipo, sus colegas, sus superiores, y sobre todo, él mismo. Cada uno de estos actores requiere competencias específicas que deben ser desarrolladas y perfeccionadas.

El camino hacia el liderazgo efectivo comienza con el autoliderazgo, y desde ahí, se expande hacia todas las direcciones.

 

Este enfoque no solo amplía el concepto tradicional de liderazgo, sino que también refuerza la importancia del autoliderazgo como base para todas las demás formas de liderazgo.

 

Identidad profesional by Cristina Recuero

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