Es la extrema seguridad de un Líder, ¿Una Fortaleza o un Obstáculo?


La seguridad es uno de esos atributos que admiramos y buscamos.

 

Nos encantan esos líderes que transmiten confianza, que no temen tomar decisiones y que, pase lo que pase, mantienen firme su dirección.

 

La seguridad de un líder es como el ancla que mantiene estable al equipo, el punto de referencia en tiempos de incertidumbre.

 

Pero, ¿qué pasa cuando esa seguridad se estira tanto que se convierte en tozudez? ¿Qué sucede cuando la certeza de un líder le ciega ante otros caminos, otras opciones y perspectivas?

 

Aquí entra en juego un principio fundamental del liderazgo colaborativo: la capacidad de escuchar. Porque, si bien es cierto que un líder necesita tener seguridad, también necesita saber que su visión no es la única ni, muchas veces, la mejor.

 

Para que la seguridad sea una fortaleza y no un obstáculo, tiene que estar bañado de apertura. ¿Qué quiero decir con esto? Que un líder verdaderamente seguro sabe que su opinión es solo eso: una opinión. Tiene el autoliderazgo de sostener su perspectiva con firmeza y también, la humildad de aceptar que hay otros puntos de vista que pueden enriquecer la decisión final.

 

De hecho, cuando la seguridad se convierte en un bloque de piedra inamovible, se pierde lo más valioso de un equipo: la diversidad de perspectivas y la inteligencia colectiva.

 

¿De qué sirve liderar un equipo, un proyecto o nuestra carrera profesional si lo hacemos con las puertas cerradas, si no permitimos que las ideas de nuestro equipo, colaboradores o colegas entren y transformen la nuestra? Es en esa apertura donde reside la verdadera seguridad, la que no teme cambiar de rumbo porque sabe que el equipo está ahí para aportar y sumar.

 

Cuando un líder escucha y considera las perspectivas de su equipo antes de tomar una decisión, se aligera de una carga inmensa. Ya no es el único responsable de cada acción; en cambio, la decisión final se convierte en un trabajo colectivo. Y, lo más importante, el equipo se siente valorado y comprometido, porque sus ideas han sido tomadas en cuenta. Esto genera un clima de colaboración y compromiso que fortalece la relación entre líder y equipo, y el propio liderazgo en sí.

 

Así que sí, la seguridad es esencial, pero sin apertura puede convertirse en un obstáculo. La seguridad de un líder debe ir de la mano con la capacidad de aceptar que no tiene todas las respuestas. Porque solo así se lidera hacia un objetivo común, permitiendo que el equipo crezca, se comprometa y contribuya desde su propia seguridad y autoliderazgo.

 

Y ahora te lanzo una invitación a la acción:

 

La próxima vez que te encuentres en una situación de liderazgo, pregúntate: ¿mi seguridad me está ayudando a avanzar o me está frenando? ¿Estoy realmente escuchando a mi equipo o simplemente estoy imponiendo mis ideas?

 

A un líder seguro y abierto, su equipo no lo sigue por imposición, sino porque se siente parte de la decisión, de la dirección y del propósito.

 

 

Identidad Profesional by Cristina Recuero

 

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0