Todos sabemos que tras la armadura hay vulnerabilidad. ¿Por qué seguimos poniéndonos una coraza y aparentando una falsa fortaleza? ¿Cómo pretender empatizar con el otro sin mostrar tu piel?
Un despido, una dimisión, el cierre de una empresa y otras muchas circunstancias pueden provocarnos un sentimiento de pérdida y una necesidad de transitar por una serie de fases muy comunes a la pérdida de un ser querido.
Nos han dicho que tener empatía es de gran valor en nuestras vidas, para tener relaciones de calidad con nuestro entorno. De hecho, uno de los atributos más valorados y destacados del “Buen líder” es la empatía.
"...A través de la lente del objetivo o de la misión, la sociedad y la organización se acercan constantemente, se ponen a prueba, se adaptan y se transforman..."
¿Alguna vez te has sentido confundido porque lo que antes te encantaba, ya no lo hace tanto? ¿Por qué donde antes encontrabas un motivo para levantarte con energía por la mañana, ya no lo encuentras? ¿Por qué donde antes encontrabas satisfacción, ahora encuentras insatisfacción?
Aprender a levantar la cabeza y mirarnos desde fuera es todo un arte.
Aprender a disociarte y observarte en el entorno en el que te mueves, entre los diferentes sistemas de los que eres parte, nos ayuda a entendernos, a comprender por qué hacemos lo que hacemos y poder hacer cambios y mejoras en nuestra vida personal y profesional.
Cuando las cosas no salen como queremos o cómo esperamos, tendemos a buscar culpables, evitar nuestra responsabilidad en el asunto, y responsabilizamos a otros de nuestro malestar o frustración.
¿Os habéis sentido en algún momento así?
Esta pregunta fue lanzada por BMW en octubre de 1.999, y así comenzaba una campaña publicitaria emocional de pura metáfora y muy alejada de todo lo que la marca alemana había hecho hasta ese momento.